Wassily Kandinsky
“De lo Espiritual en el Arte” Ediciones de Bolsillo 3ª ed. Española, 1982
En De lo Espiritual en el Arte, Kandinsky propone unas bases filosóficas para la Abstracción que tanto adora. Escribe sobre una nueva época de gran espiritualidad y de cómo la pintura contribuye a ella a través de las formas y los colores. Kandinsky propone o más bien da unas pautas sobre las propiedades emocionales de cada tono y de cada color, buscando sólo la respuesta del alma a esos colores; y cómo el pintor puede, por ser pintor (artista), utilizar esto para “tocar” éste alma humana de manera apropiada.
Así, a partir de la gran importancia de lo espiritual llega a romper con la representación figurativa de los objetos para dar paso a un nuevo código de significados inmateriales.
Con la forma explica algo parecido, que cómo todo cuadro tiene una composición, y esta tiene que ver principalmente con una forma global por encima de los objetos que la forman, pues hay que olvidarse de la figuración para llegar a eso forma o composición global a partir de la abstracción.
Para ello el pintor busca siempre su propia expresión y su propio desarrollo del espíritu. Así, dice Kandinsky, el arte nace de la necesidad interior del artista de expresarse, de mostrar su tiempo y que quede constancia de ello en el futuro. Por tanto, el arte que no dice nada carece de futuro.
En parte de ahí viene su idea del devenir cultural y los diferentes escalafones de gente o grupos sociales que comprenderán los nuevos pasos de hoy, mañana; en cualquier rama artística, en cualquier faceta de la vida, parece que los elevados [o con mayor nivel espiritual (o conocimiento)] son incomprendidos en su día por la gente que no comparte sus ideas o su arte.
Estas ideas hacen que este libro sea bastante publicado y traducido a otros idiomas y se convierta en un de los primeros fundamentos teóricos de la abstracción.